De todas las herramientas creadas por el hombre, el lenguaje es tal vez una de las más poderosas. Por medio de saberes, prácticas y discursos, el lenguaje logró establecer avances que hoy conforman lo que denominamos o conocemos como cultura.
Cuando apareció el lenguaje, el hombre pudo hablar de cosas u hechos que ya no estaban presentes y de esta forma plantearse la posibilidad de hablar de un antes, un ahora y un después; lo que llamamos pasado, presente y futuro.
Cuando hablamos de pasado, hacemos referencia a situaciones, personas o cosas que ya no están presentes, pero que podemos recordarlas y comunicarlas a otros mediante el lenguaje, ya sea escrito o hablado.
La existencia del lenguaje, hace posible la sensación de un presente. Según Humberto Maturana, un estudioso del lenguaje, afirma que el hombre es el único animal que tiene plena conciencia de que está vivo. El hombre es conciente de sí, puede dar cuenta de sus comportamientos, de su tiempo, de su día a día, además sabe que va a morir.
Existe también la posibilidad de pensar en lo que no está presente, en lo que no tenemos, pero que podría estar o podríamos adquirir. Tener percepción de lo que se avecina, planear, idear y construir un futuro mejor.
Mediante el lenguaje se ha construido una gran variedad de conocimientos, los que el hombre, para facilitar su comprensión, ha dividido y clasificado, con el fin de reeducar a las personas. Es así, como el objetivo de la educación básica y media, es dotar a las personas de contenidos básicos, a través de los cuales logren entender el mundo que les rodea. Mientras que en la educación superior, al estudiante se le prepara para analizar e interpretar problemas, estableciendo o proponiendo alternativas de solución, con el fin de satisfacer sus necesidades, cumpliendo de esta forma con su objetivo de formación profesional y así poder hablar entonces de una formación por competencia.
En educación, las competencias son un conjunto de conocimientos (saber), habilidades (saber hacer), y actitudes (querer hacer) que establecen como está preparado el profesional para resolver problemas de su entorno. Tienen que ver con el hacer, sentir y pensar (facetas del ser humano).
Cuando el saber, el saber hacer y el querer hacer se encuentran equilibrados, podemos hablar de un profesional competente, que tiene un desarrollo satisfactorio en su pensar, hacer y sentir y que tiene la capacidad real de trabajar para transformar el entorno en el cual vive y lograr de esta forma ser profesionales competentes en la comunicación.
Estas competencias se adquieren en los ámbitos familiares, escolares, sociales e institucionales, y son:
a) Competencia Lingüística: Se relaciona con la adquisición y desarrollo de lenguaje. Se refiere a cómo utilizamos el lenguaje para comunicarnos, que tanto dominamos las palabras. El lenguaje no es sólo lo dicho, sino lo pensado y lo por decir; enriquece nuestros conocimientos y nos hace más cultos.
b) Competencia Paralingüística: Se trata de un conjunto de elementos adicionales que acompañan al lenguaje, ya sea oral o escrito, y que ayudan a complementarlo, evitando de esta forma interpretaciones erróneas, malas conclusiones, etc. Por ejemplo: desde la comunicación escrita podemos lograr poner énfasis en lo que se dice según el tipo de letra, forma, tipos de signos, subrayados, negritas, etc.
c) Competencia Pragmática: es el desarrollo de capacidades para convencer y persuadir a los demás. Nos comunicamos, porque existe el propósito de influir en las opiniones, conocimientos, preferencias, actitudes o decisiones de los otros. Busca lograr algo de alguien y necesitamos la aprobación de otros, pues a diario debemos tomar decisiones y necesitamos el apoyo de otros para que estas se efectúen.
d) Competencia Textual: Se refiere a la producción y comprensión de textos escritos. La producción de un texto debe ser cognitiva (provee categorías formales en el pensamiento de quien escribe), comunicativa (textos que tengan claro su objetivo) y técnica (manejo de herramientas para escribir, como lápices, computador, etc.).
e) Competencia Quinésica: Referida al uso o movimiento del cuerpo como una herramienta para comunicar, por ejemplo, estados de ánimo. El cuerpo comunica por medio de la postura, gestos, mirada, rostro, manos, etc. Constantemente por medio de nuestro cuerpo estamos diciendo cosas, aunque no nos percatemos de ello.
f) Competencia Proxémica: El cuerpo está ubicado en un espacio. Producción de significados por medio del manejo de distancias. El cuerpo delimita espacios de acción a los cuales unos pueden acceder y otros no. Se refiere a los espacios que utilizamos al momento de querer comunicar algo.
g) Competencia Cronética: Entendida como el manejo de la comunicación en el tiempo. Cuánto nos demoramos en responder o cuánto tiempo esperamos para decir algo.
Catherine Paola Venegas Stark
Cuando apareció el lenguaje, el hombre pudo hablar de cosas u hechos que ya no estaban presentes y de esta forma plantearse la posibilidad de hablar de un antes, un ahora y un después; lo que llamamos pasado, presente y futuro.
Cuando hablamos de pasado, hacemos referencia a situaciones, personas o cosas que ya no están presentes, pero que podemos recordarlas y comunicarlas a otros mediante el lenguaje, ya sea escrito o hablado.
La existencia del lenguaje, hace posible la sensación de un presente. Según Humberto Maturana, un estudioso del lenguaje, afirma que el hombre es el único animal que tiene plena conciencia de que está vivo. El hombre es conciente de sí, puede dar cuenta de sus comportamientos, de su tiempo, de su día a día, además sabe que va a morir.
Existe también la posibilidad de pensar en lo que no está presente, en lo que no tenemos, pero que podría estar o podríamos adquirir. Tener percepción de lo que se avecina, planear, idear y construir un futuro mejor.
Mediante el lenguaje se ha construido una gran variedad de conocimientos, los que el hombre, para facilitar su comprensión, ha dividido y clasificado, con el fin de reeducar a las personas. Es así, como el objetivo de la educación básica y media, es dotar a las personas de contenidos básicos, a través de los cuales logren entender el mundo que les rodea. Mientras que en la educación superior, al estudiante se le prepara para analizar e interpretar problemas, estableciendo o proponiendo alternativas de solución, con el fin de satisfacer sus necesidades, cumpliendo de esta forma con su objetivo de formación profesional y así poder hablar entonces de una formación por competencia.
En educación, las competencias son un conjunto de conocimientos (saber), habilidades (saber hacer), y actitudes (querer hacer) que establecen como está preparado el profesional para resolver problemas de su entorno. Tienen que ver con el hacer, sentir y pensar (facetas del ser humano).
Cuando el saber, el saber hacer y el querer hacer se encuentran equilibrados, podemos hablar de un profesional competente, que tiene un desarrollo satisfactorio en su pensar, hacer y sentir y que tiene la capacidad real de trabajar para transformar el entorno en el cual vive y lograr de esta forma ser profesionales competentes en la comunicación.
Estas competencias se adquieren en los ámbitos familiares, escolares, sociales e institucionales, y son:
a) Competencia Lingüística: Se relaciona con la adquisición y desarrollo de lenguaje. Se refiere a cómo utilizamos el lenguaje para comunicarnos, que tanto dominamos las palabras. El lenguaje no es sólo lo dicho, sino lo pensado y lo por decir; enriquece nuestros conocimientos y nos hace más cultos.
b) Competencia Paralingüística: Se trata de un conjunto de elementos adicionales que acompañan al lenguaje, ya sea oral o escrito, y que ayudan a complementarlo, evitando de esta forma interpretaciones erróneas, malas conclusiones, etc. Por ejemplo: desde la comunicación escrita podemos lograr poner énfasis en lo que se dice según el tipo de letra, forma, tipos de signos, subrayados, negritas, etc.
c) Competencia Pragmática: es el desarrollo de capacidades para convencer y persuadir a los demás. Nos comunicamos, porque existe el propósito de influir en las opiniones, conocimientos, preferencias, actitudes o decisiones de los otros. Busca lograr algo de alguien y necesitamos la aprobación de otros, pues a diario debemos tomar decisiones y necesitamos el apoyo de otros para que estas se efectúen.
d) Competencia Textual: Se refiere a la producción y comprensión de textos escritos. La producción de un texto debe ser cognitiva (provee categorías formales en el pensamiento de quien escribe), comunicativa (textos que tengan claro su objetivo) y técnica (manejo de herramientas para escribir, como lápices, computador, etc.).
e) Competencia Quinésica: Referida al uso o movimiento del cuerpo como una herramienta para comunicar, por ejemplo, estados de ánimo. El cuerpo comunica por medio de la postura, gestos, mirada, rostro, manos, etc. Constantemente por medio de nuestro cuerpo estamos diciendo cosas, aunque no nos percatemos de ello.
f) Competencia Proxémica: El cuerpo está ubicado en un espacio. Producción de significados por medio del manejo de distancias. El cuerpo delimita espacios de acción a los cuales unos pueden acceder y otros no. Se refiere a los espacios que utilizamos al momento de querer comunicar algo.
g) Competencia Cronética: Entendida como el manejo de la comunicación en el tiempo. Cuánto nos demoramos en responder o cuánto tiempo esperamos para decir algo.
Catherine Paola Venegas Stark
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